Vamos a jugar con esta sencilla prueba que puedes hacerte tu misma o compartirla con alguna compañera de la residencia universitaria. Aunque se trata de un test no profesional intentaremos que evalúes tu nivel de felicidad.
Para realizar el test de ¿Te consideras una persona feliz?:
Responde a las siguientes preguntas con una puntuación del 1 al 5, donde 1 es «nunca» y 5 es «siempre»:
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¿Te sientes generalmente satisfecha con tu vida?
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¿Disfrutas de las cosas pequeñas de la vida?
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¿Te sientes amada y apoyada por tus amigos y familiares?
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¿Tienes metas claras y estás trabajando para lograrlas?
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¿Te sientes bien física y mentalmente la mayor parte del tiempo?
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¿Te sientes útil y con un propósito en la vida?
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¿Sueles tener una actitud positiva hacia el futuro?
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¿Tienes actividades o pasatiempos que disfrutas regularmente?
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¿Te sientes libre para ser tú misma?
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¿Te sientes agradecida por lo que tienes?
Puntuación del test:
– 10-20: Podrías estar experimentando dificultades significativas con la felicidad. Podría ser útil hablarlo con alguien y si consideras que es importante trasladarlo a un profesional.
– 21-30: Hay algunas áreas de tu vida que podrían mejorar para aumentar tu felicidad. Considera identificar cuáles son y trabajar en ellas.
– 31-40: Estás en el camino correcto, pero aún hay margen para aumentar tu felicidad. Reflexiona sobre las áreas donde puntuaste más bajo y piensa en cómo podrías mejorarlas.
– 41-50: Parece que estás bastante feliz con tu vida. Sigue haciendo lo que estás haciendo y busca maneras de mantener tu felicidad.
Recuerda que este test es una herramienta simple y no debe reemplazar la evaluación de un profesional de la salud mental. La felicidad es un estado complejo y multifacético que puede variar en diferentes momentos de la vida.
Cuando estamos enojados no somos felices; a menudo escondemos una variedad de sentimientos y pensamientos subyacentes que pueden ser más difíciles de expresar o reconocer. Algunos de estos pueden incluir:
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Dolor o Heridas Emocionales: La ira a menudo es una reacción defensiva ante el dolor emocional. Es más fácil mostrar enojo que admitir que nos sentimos heridos o vulnerables.
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Miedo o Ansiedad: El enojo puede ser una manera de ocultar el miedo o la ansiedad. Por ejemplo, podríamos estar enojadas en una situación porque realmente estamos asustadas de lo que podría pasar.
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Inseguridad o Baja Autoestima: A veces, nos enojamos cuando nos sentimos inseguras o no valoradas. Es más fácil mostrarse enfadad que admitir que nos sentimos inseguras o insuficientes.
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Tristeza o Depresión: La ira puede ser una forma de encubrir la tristeza. En lugar de lidiar con los sentimientos de tristeza o depresión, algunas personas se enfadan.
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Desesperación o Impotencia: Cuando nos sentimos impotentes o sin control sobre una situación, podemos reaccionar con ira. Esto puede ser una manera de intentar recuperar una sensación de control.
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Sentimientos de Injusticia: La ira puede surgir cuando percibimos que algo es injusto o incorrecto. En estos casos, el enojo puede estar cubriendo una profunda sensación de injusticia o frustración.
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Confusión o frustración: A veces, la confusión o la incapacidad para entender una situación o resolver un problema puede llevar a la ira.
Entender estas emociones subyacentes puede ser útil para manejar la ira de manera más efectiva y saludable. Reconocer y abordar estos sentimientos profundos te ayudaran a reducir la frecuencia e intensidad del enojo y promover una mejor comunicación y relaciones con las otras personas.
“¿Te consideras una persona feliz?” es un post de la residencia universitaria Inmaculada.